Hablar sobre la gente de MANTA es hablar de tradición y cultura. Desde los orígenes de nuestras primeras cilizaciones han  sido un pueblo creativo, que se adapta al medio, un pueblo de comerciantes, amante del mar y sus frutos.

 

Mirar a sus pobladores es mirar el corazón del mar, la sonrisa de la mujer manteña se funde con el viento, y el brillo de sus ojos es alimentado por el sol.

 

Un pueblo emprendedor lleno de hombres y mujeres que de la vida solo esperan felicidad, disfrutar de lo que nos rodea en equilibrio.

 

Manta geográficamente es privilegiada, rodeada de playas hermosas,  pero que sería de esta tierra sin su gente maravillosa, la hospitalidad del manteño es inconfundible.

 

Desde los primeros cromitas en la época de la colonia describen a  un pueblo cálido y humanista. Los  guia un sentimiento natural por el bienestar común.