CULTURA Y TRADICIÓN
SOMOS CHOLOS..
SOMOS MONTUBIOS...
CHOLO | MONTUBIO |
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Trabajo de Antropología Educativa relacionado a las artes escenaicas.
La Observación Participante y la Valoración identitaria en la danza.
Autoras: Mónica García García. Y Giselda…..
El siguiente trabajo está sustentado en el artículo de Beatriz Ballestín “La observación participante en primaria: ¿Un juego de niños dificultades y oportunidades de acceso a los mundos infantiles”. Dicho artículo aparece en la revista Antropología Iberoamericana No 2 Mayo pp 224-244 en el mismo la autora hace referencia a su experiencia personal en un proceso de investigación etnográfica donde se utiliza como método la observación participante.
Dicho método (Álvarez 2011: 180) es de suma importancia en la antropología como disciplina científica pues el investigador se involucra en el proceso y forma parte de él. Desde mi contexto cultural hemos desarrollado un intenso trabajo de observación participante que luego se ha metaforizado en creaciones artísticas.
Para ilustrar este argumento me gustaría referirme a la práctica actual del grupo de danza “Prema” en Ecuador que comienza a sentir la necesidad de valorar la identidad pesquera , agrícola, desde su actividad cotidiana y su proyección en el imaginario social de lo personal ,que estaba siendo asumida por los medios radio-televisivos que se arrogaban su rol de entretenimiento como una justificación para burlarse del campesino montubio, del cholo pescador, del indio y del esmeraldeño negro, bajo el pretexto de recuperar la misma.
Esta influencia, repercute en los jóvenes directamente desde sus hogares, pues se establece una diferencia social y étnica; colocar en el lugar desde el no lugar que estos grupos culturales habían sido situados desde los centros del poder cultural era de suma importancia pues ninguno de los que asumían estos roles lucían como sujetos dignos de respeto y consideración ya que competían con un personaje “CIVILIZADO EDUCADO QUE LOS HUMILLABA Y LOS MOSTRABA COMO VULGARES Y RIDÍCULOS” lo que antagonizaba con la realidad de nuestras familias.
Me pregunto si tales muestras de visibilización desde los medios masivos de comunicación son aceptadas o no y hasta qué punto tales estereotipos continúan afectando hoy los valores humanos y la cultura específica de la región costera de Ecuador.
En nuestra localidad, los mitos, leyendas, tradiciones, costumbres son además instancias donde la integración de la familia involucra un enriquecimiento de los saberes que seguramente son intangibles pero aquellos que son tocados por esa experiencia pueden identificarla como humildad, fraternidad, amor, respeto, generosidad, y concretarla en una acción tangible hospitalaria.
Desde el trabajo de campo que emprendimos en la localidad pudimos acercarnos a los pobladores más adultos portadores de la sapiensa adquirida; a través del proceso de transmisión cultural fuimos tocados por esta expresión sabia y ejemplar. Los ancianos como detentadores y portadores de toda la carga simbólica cultural que transmiten por oralidad a los niños y niñas nos aportaron toda una red de significados que en definitiva hicieron emerger procesos creativos que nos han impulsado a nuevos y más estadios.
“Los Esteros “es la obra de danza que resulta de la recreación de estos signos, para lograr ese efecto de valor identitario. La obra exigía de nosotros un entrenamiento más intenso y exploratorio del cuerpo y la mente en la búsqueda de una armonía temporo espacial que favoreciera a nuestros cuerpos y ayudara a proyectarnos desde nuestros saberes hacia un trabajo más complejo.
Para alcanzar el objetivo de deconstruir a través de la obra esos valores etiquetados y casi caricaturizados por los centros hegemónicos hacedores de la llamada alta cultura. Lo que por supuesto demandaba una exigencia mayor ya que corríamos el riesgo de cometer la misma desvalorización si no asumíamos el reto con el profesionalismo que desde nuestro contexto este exigía.
Para lograr tal propósito trabajamos con la técnica imprimida por nuestro maestro “Parra Landázuri”. El proceso creativo comenzó con una revisitación de nuestro cuerpo desde lo biológico, anatómico y funcional, e identitario pues con una mirada holística desde y para nuestro cuerpo se generó por Landázuri un entrenamiento corporal que permitiera hacer efectivo y saludable los vínculos de la danza con la investigación etnográfica.
La improvisación como la recreación de estos signos jugó un papel importante y considero fue muy productiva pues las manifestaciones de los chicos a la hora de desarrollarla había desterrado ese estereotipo, lo que junto con el trabajo de los elementos , el diseño espacial el apoyo de la tecnología visual permitió desarrollar nuestra labor en los diferentes colegios e instituciones fiscales y particulares notándose en los receptores reacciones que afectaron directamente lo cognitivo desde lo afectivo a través del extrañamiento.
Bibliografía consultada.
Álvarez, L (2011). El arte de investigar el arte: Cuba PDF.
Ballestín, B ( 2009). “La observación participante en primaria: ¿Un juego de niños dificultades y oportunidades de acceso a los mundos infantiles”. En Revista de Antropología Iberoamericana. www.aibr.org Volumen 4, Número 2. Mayo-Agosto:Madrid: Antropólogos Iberoamericanos en Red.ISSN: 1695-9752